
Saluda de Jose Luis Pitarch, desde la UCR estatal, a las III Jornadas Republicanas de la Universidad de Valencia
Compañeros y compañeras,
Al recibir la convocatoria de estas Jornadas, permitidme felicitar a las organizadoras/es de tan brillantes "Jornades Republicanes" y, al tiempo, recordarles, cordial y amistosamente, que debemos juntar esfuerzos las diversas asociaciones y sectores republicanos en Valencia y no ignorarnos unos a otros.
Como recordaréis, hace año y pico Unidad CÃvica por la República (que un servidor se honra en presidir a nivel estatal) organizó unas Jornadas en la Universitat de València (Facultat de Dret) —aquellas a las que vinieron Julio Anguita, J.A. Barroso (Alcalde de Puerto Real), etcétera— en las cuales contamos desde el principio con EUPV y en las que invitamos a tomar parte a Marga Sanz, Ricard Sixto, Fernando López-Egea (que se accidentó viniendo), etc. E invitamos a la comida de las Jornadas, dentro de nuestro limitado presupuesto, a Glòria Marcos, Jesús León, Ant. GarcÃa Abril, Julián Marcelo, Juan Bayona, y otros/as que no recuerdo.
Permitidme, en fin, adjuntar —por si a alguien le interesase—una reciente conferencia de quien suscribe en Sevilla. Perdonad si es muy larga. Sin duda, cabe usarla como somnÃfero.
Un fraternal abrazo republicano
La III República o Rescatar siglos: Un proyecto polÃtico, cultural y moral
Ponencia de apertura de las Jornadas de “Febrero Republicano†de Unidad CÃvica Andaluza por la República (UCAR)
I
Permitidme comenzar lÃricamente, porque “la República†tiene una cara de sentimiento, emoción, y otra de necesidad, lógica, razón. En mayo de 2.008 publiqué en
“Mataron a Federico/ cuando la luz asomaba./ El pelotón de verdugos/ no osó mirarle a la cara†. Mas la estirpe de Federico no somos revanchistas, aunque su recuerdo nos nuble la vista con llanto de Granada. No es la lumbre de nuestros ojos el desquite, aunque Miguel agonice a los treinta y un años comido de enfermedad su pecho intenso, herido de la vida, del amor, de la muerte, en lúgubre prisión de una dictadura terrorista, mientras canta a su pequeño hijo amamantado con pan y cebolla: “En la cuna del hambre/ mi niño estaba,/ con sangre de cebolla/ se amamantaba./ (…) RÃete, niño,/ que te traigo la luna/ (…) Tu risa me hace libre,/ me pone alas,/ soledades me quita,/ cárcel me arranca,/ (…) porvenir de mis huesos/ y de mi amorâ€
Miramos al futuro sin rencor del pasado que nos usurparon, mas no renunciamos a la memoria, porque sin ella no hay identidad y porque no tenemos derecho a la amnesia, al olvido de quienes todo dieron por un mundo con justicia. El fin natural de una sociedad democrática es la República, que aquà llegó dos veces democráticamente y sin una gota de sangre, y dos nos fue arrancada con máxima violencia, ilegalidad, ilegitimidad.
No somos revanchistas, como no lo eran Federico, Miguel, Antonio Machado, sino apasionados por la dignidad. Son otros los aún revanchistas vergonzantes, los que en su fuero Ãntimo no renuncian a la “victoria†sobre media España. A ésos sólo les decimos “¡A la mierda!†, a lo Labordeta o Fernán-Gómez. Porque les cuadra el “diagnóstico del manco†que acuñó Unamuno para Millán-Astray: el tullido tiende a tullir. Nosotros creemos en la República como régimen polÃtico y moral superior a la monarquÃa, y reclamamos que ésta nos devuelva la fracción de SoberanÃa que sustrae, usurpa a las/os ciudadanos. Frente a la corrupción institucionalizada, heredera y continuadora de la España negra, frente a las hipotecas, embudos, trágalas de una “transacción†bautizada como “transición†, aspiramos a una definitiva Regeneración Democrática cuyo nombre es “III República†>>.
II
III República, decimos, o proyecto polÃtico-histórico enraizado, sucesor legÃtimo de la I y II Repúblicas. Ambas llegadas pacÃfica y democráticamente a este querido y tantas veces traicionado paÃs tras, respectivamente, una reina y un rey Borbones indignos, cofrades y apoyados en militares traidores al pueblo (destaquemos entre éstos al “espadón de Loja†, Narváez, y al dictador Primo de Rivera; o a Franco, favorito de Alfonso XIII, quien fue incluso su padrino de boda). Y ambas Repúblicas linchadas por la conspiración o coyunda de siempre: la de dichos milicos golpistas metidos a politicastros, junto a eclesiásticos infieles a su Evangelio, señoritos canallas terratenientes expoliadores de los braceros, piratas contrabandistas como Juan March… “¿Y el pueblo?†, decÃa el gran Louis Blanc: “el pueblo despertó asustado por el ruido de pasiones que no eran las suyas†. (¡Ah!, pero aún en Sevilla padecéis la ignominia de tener al mayor terrorista de la historia de España, Queipo de Llano, asesino profesional, primero de moros, luego de andaluces, enterrado a los pies de la Macarena y con su fajÃn de general pistolero presidiendo las procesiones. DecÃa Queipo: “Es necesario crear una atmósfera de terror, hay que dejar sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todo el que no piense como nosotros. Todo aquel que sea abierta o secretamente defensor del Frente Popular debe ser fusilado†). QuerÃa fusilar a media España. Lo señalaba bien aquel hombre preclaro y bueno, don Antonio Machado (el de “Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla… Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, pero mi verso brota de manantial sereno†). Lo decÃa, sÃ, Machado: “Españolito que vienes al mundo… una de las dos Españas ha de helarte el corazón†).
La I República, advenida de modo plenamente democrático, era el intento, con un siglo de retraso, de enlazar, engranar con “la Ilustración†, con los empeños de Campomanes, Floridablanca, Aranda, Jovellanos. De europeizar, en su mejor sentido, España, de sintonizar con Francia, que, tras tres dinastÃas en el siglo XIX (Bonapartes, Borbones, Orleans), recién habÃa alcanzado la definitiva República, su Tercera. Como será régimen definitivo la III nuestra. No hay caso en el mundo cual el de los Borbones hispanos, que ya han venido ¡4 veces!, siempre en base a golpes de estado militares o guerras civiles. Somos paÃs único: mientras en el planeta cada vez va habiendo una monarquÃa menos, nunca una más, como una especie en extinción, en España vuelve ¡por 4ª vez, a fines del siglo XX!, y por el dedo de un generalón golpista, dictador y genocida (eso sÃ, bajo palio como la hostia santa) que se hubiera quedado en sedicioso fracasado y fugado de España (para vivir muy bien con el dinero que le aseguraba el pirata Juan March si el golpe de estado fallaba) de no haber tenido como padrinos a Hitler y Mussolini, quienes le pasaron a la PenÃnsula a unos soldados mercenarios, no españoles sino legionarios extranjeros del ¡Viva la muerte! y musulmanes que venÃan a hacer una cruzada católica consistente en el pillaje y botÃn, violar mujeres (a esto también les instaba el infame Queipo) o robar los copones de las iglesias. ¡Qué paÃs de esperpento! ¡Qué cruzada! ¡Cuánto inmenso cinismo! ¡Y qué Iglesia, todavÃa hoy viviendo de las rentas, polÃticas y económicas, de una guerra de religión de 8 siglos en la Edad Media (caso único también en Europa, y probablemente en el mundo) y de una Edad “Moderna†en que se autodefinÃa como “brazo armado de la Iglesia†y “luz de Trento†, el gran concilio reaccionario que tanto lastró el futuro de España. TodavÃa lo reivindicaba el fascista-militarista Teniente General De Santiago y DÃaz de MendÃvil, Vicepresidente del Gobierno con Arias navarro, que dimitió en septiembre del 76 por legalizarse los sindicatos. Lo exigÃa su honor. Esperpéntica, patética estampa o hallazgo: un “honor antisindical†. ¡Qué contubernio, el de militarismo y fascismo! ¡Qué casta de militares franquistas, tratando de sabotear la democracia durante lustros después de morir el zorruno Franco! Que se sumó el último a la feroz cuartelada de julio del 36, pero se las amañó y apañó para hacerse el preboste de la militarada. SabÃa más que Briján (aquel Bryan inglés de las minas de RÃo Tinto que dio lugar al dicho).
A todo esto venÃan a intentar poner fin la I y la II Repúblicas, recuperando el atraso de siglos. La Primera con su Proyecto de Constitución federalista (la más probable y verosÃmil solución para España, como vemos siglo y medio después), que comenzaba proclamando: “La Nación Española, deseando asegurar la libertad, cumplir la Justicia y realizar el fin humano a que está llamada en la civilización…†. Pero dos golpes de estado concatenados en 1.874, el de PavÃa y el de MartÃnez Campos, la liquidaron. Ni tiempo le dieron a tener Constitución, ni Presidente de la República. Castelar habÃa dicho: la República la trae una conjura de la Sociedad, la Naturaleza y la Historia. Pero habÃa otra conjura más poderosa, la de los de siempre, que paró de nuevo la Historia en 1.874 y volvió a meterla entre paréntesis. (Franco, con su régimen militar-fascista-eclesiástico-terrateniente-bonapartista, y cambiándose de chaqueta cuantas veces hiciera falta, llenarÃa luego de crÃmenes de lesa humanidad el último pillaje de este feroz contubernio de siglos. Que, ¡ojo!, aún no ha terminado, pues, pisoteando incluso las leyes dinásticas de los Borbones, el césar marroquà dejó su silla al Rey que se le antojó—lógico, España era suya—, al “Rey del Movimiento†o fascismo español, cuyos Principios juró Juan Carlos solemnemente, traicionando a su propio padre. Claro que Juan Carlos, cuando le convino, plagiando a Groucho Marx, fue y dijo: “Éstos son mis principios. Pero, si me conviene, tengo otros†).
III
Tras la I República vino el tinglado llamado “Restauración†, iniciado con el corto reinado de Alfonso XII (hijo de la destronada Isabel II y de cualquiera de sus numerosos amantes, verosÃmilmente el apuesto capitán valenciano Puig Moltó), quien morirÃa muy joven, tuberculoso; y después un monarca necio, “Rey soldado†por excelencia, Alfonso XIII el Africano, rodeado de favoritos militares africanistas a los que concedÃa ascensos a capricho, atrincherándose tras ellos y llegando hasta pisotear una Constitución (la de 1.876) que le concedÃa enormes poderes de Jefe de Estado y de Gobierno, instaurando –contra dicha Constitución—una Dictadura pura y dura, la de Miguel Primo de Rivera. Tanta traición e incapacidad del monarca, tanto hartazgo, desprecio y hastÃo de grandes sectores de la sociedad, produjeron un contundente pronunciamiento republicano en cuanto hubo unas Elecciones, el 12-4-31. Y asà cayó, entre inmensa y pacÃfica alegrÃa popular, la prostituida monarquÃa, arribando la II República.
¡La II República, la nueva promesa de Regeneración, de rescatar siglos! Un régimen, al fin, de Dignidad y Cultura, de esperanza para todos (no sólo para los poderosos). En su TÃtulo Preliminar, el Art 1º definÃa a España como “una República democrática de trabajadores de toda clase, en régimen de Libertad y de Justicia†. El 3º rezaba: El Estado español no tiene religión oficial†. El 6º: España renuncia a la guerra†. Entre los derechos de los españoles, como primerÃsimo: “No podrá ser fundamento de privilegio jurÃdico la naturaleza, la filiación, el sexo, la clase social, la riqueza, las ideas polÃticas ni las creencias religiosas†. También: las Órdenes religiosas se someterán a las leyes tributarias del paÃs. Los padres tienen, para con los hijos habidos fuera del matrimonio, los mismos deberes que con los nacidos en él. El trabajo es una obligación social. La República protegerá al campesino, y a los pescadores. La República legislará para facilitar a los españoles económicamente necesitados el acceso a todos los grados de enseñanza. La jurisdicción penal militar queda limitada a los delitos militares y a la disciplina de los Institutos armados. En fin, no seguimos con más ArtÃculos: una auténtica revolución democrática, de recuperación de siglos de atraso moral, cultural, polÃtico, para acabar con la muralla de privilegios, sinecuras, patentes de corso social y económico. Por eso los de siempre, la España oscura, ultraconservadora, la de esos privilegios, patentes y bulas, se puso a conspirar desde el dÃa siguiente para destruir aquel futuro de regeneración y esperanza.
Y, con un enorme sostén de los fascismos europeos, éstos de siempre, más verdugos que nunca del pueblo, hicieron una guerra inicua y destructiva a la II República, seguida de una cruenta marcha atrás de cerca de cuatro décadas de dictadura de lesa humanidad, que todavÃa fusilarÃa a españoles en septiembre de 1.975 en Madrid, Barcelona, Burgos. Más otra década al menos de persistentes amenazas, pues la condicionada y parcialmente coaccionada democracia que siguió a la muerte del césar marroquà conoció desde sediciones como la del “manifiesto de los cien†(diciembre 81) a intentos de directo golpe de estado al menos hasta 1.985, con la tentativa militar-civil de La Coruña de asesinar a toda la cúpula del Estado y Gobierno.
IV
Mas quizá no sobre añadir breves palabras respecto a esa democracia monarquicona de la Constitución de 1.978, democracia otorgada, concedida, condicionada. Pues los francofascistas —y a su cabeza, de “padre de la Constitución†, quien habÃa sido el despiadado mentidor oficial de ese fascismo franquista como Ministro de “Información†(¡uf!), Sr. Fraga, que en cualquier paÃs de Europa hubiese corrido la suerte de Goering, Ribbentrop, Frank, Frick, Keitel, Rosenberg o el francés Laval, o cuando menos la de Speer o Pétain; Fraga, que decÃa (diciembre de 2.006) que sÃ, que Pinochet cometÃó “algunos excesos†pero fue muy bueno para Chile; Fraga, que fichó al terrorista argentino de extrema derecha Almirón como guardaespaldas; Fraga, ahora homenajeado, ensalzado por un “Partido Popular†que asà exhibe sus carencias democráticas y su apego al fascismo hispano— los francofascistas, decÃamos, espetaron a los demócratas: o aceptan ustedes tal y tal y tal (trágalas y guetos) o no hay democracia. Lo primero, tragan al Rey del Movimiento. Y en República o referéndum sobre la forma de Estado, ni piensen. Y nada de responsabilidades por los crÃmenes de la dictadura. Ni de reconocimiento a los últimos soldados de la República, los guerrilleros “maquis†que ejercieron el sagrado derecho de resistencia a la tiranÃa, que viene de Aristóteles, Tomás de Aquino, Locke. ¡Qué inmensa vergüenza, héroes estos guerrilleros en toda Europa, del este y del oeste, con medallas, pensiones, grados militares, menos aquÃ!: de nuevo, España caso único europeo. Ya sólo quedan vivos 3 ó 4 guerrilleros, traicionados por esta democracia condicionada de la que presumimos. Pareciera que los dos grandes partidos piensen que a ver si se mueren todos ya de una vez.
Por todo esto, igual que respecto a los militares de la UMD, muy insuficientemente reconocidos, subtitulé a un reciente libro mÃo —disculpen la autocita— “La reconciliación del embudo†. No toca extenderse en la materia, pero ningún militar “fichado†como de la UMD (de aquellos que no encarcelaron, para evitar que se supiese que “los úmedos†no eran sólo 8 ó 10 gatos de Madrid, sino bastantes más, especialmente en Barcelona), ninguno ha ascendido a general, aunque fueran cabeza de promoción, diplomados de Estado Mayor, etc; además de que fueron discriminados para obtener destinos, etc. Mientras sà han ascendido a general quienes, como Blas Piñar hijo o Juan Cañadas, difundieron públicamente un escrito apoyando a los golpistas del 23-F-81. Y, cuando la Ministra de Defensa Carmen Chacón dio una medalla de consolación a los nueve miembros de UMD condenados a penas de prisión de no pocos años, estas medallas fueron contestadas abrupta, chulesca y públicamente, tildándolas de “barbaridad†, por el guaperas general GarcÃa de Dios, sin que la Ministra le impusiera un inmediato correctivo, como era su obligación (de la Ministra). Y uno tiene que preguntarse: ¿qué temÃa la Ministra de los militares tardo o retrofranquistas, qué temÃa todavÃa en 2.010?
En fin, los francofascistas, decÃamos, dejaron clarito a los demócratas: o aceptan ustedes tales y tales trágalas y guetos o no hay democracia. Ya hemos citado a los guerrilleros antifascistas y a los militares de la UMD. Valga un breve vistazo a otros trágalas de consideración de esta Constitución monárquica. Por ejemplo: Europa difÃcilmente iba a admitir que la Constitución incluyera la pena de muerte que habÃa en el franquismo; pero los Fraga y compañÃa coaccionaron para que en los Ejércitos sà pueda, constitucionalmente, haberla (en tiempo de guerra). E Ãdem de Ãdem respecto al tribunal de honor, antigualla gremialista, sectaria, sin garantÃas democráticas, impropia de un Estado de Derecho, que permitÃa echar a la calle a un funcionario/a o a un miembro de las organizaciones profesionales: la Constitución del 78 lo prohibió en la Administración Civil y en dichas organizaciones, pero (trágala) lo permite en los Ejércitos. Y citemos también el inadmisible Referéndum no vinculante que nos impusieron. No vinculante ¿por miedo, o por desprecio al pueblo? De remate, a la monarquÃa puesta por Franco la acorazaron doblemente en el Art. 168 de la Constitución, que hace prácticamente imposible licenciarla aunque lo quieran la mayorÃa de los españoles/as. Y el Rey —o su hijo o hija sucesores, listos o zotes, honrados o metidos en negocios turbios— con enorme poder, como decidir el candidato a Presidente del Gobierno pasando, si quiere o le interesa, por encima de la mayorÃa de diputados del Congreso. Y todo bajo la vigilancia de un Ejército sÃndico del “atado y bien atado†.
“Constitución bajo coacción†o coacciones, pues, y por tanto ilegÃtima en una serie de puntos (en otros, particularmente en la gran mayorÃa de Derechos Fundamentales, en que copió a las europeas occidentales, la aplaudimos). Conque a tragar monarquÃa y al Rey puesto a dedo por Franco. Y nada de responsabilidades o reparación por los crÃmenes de Estado de la dictadura. Ahà estaba, junto a Fraga, el falangista Gabriel Cisneros, también de “padre de la Constitución†. Y Herrero de Miñón echando una manita, verbigracia para meter el fasciomilitarista ArtÃculo 37 de la Ley Orgánica del Estado de Franco, que asignaba misiones de polÃtica interna al Ejército, camufladito en el ArtÃculo 8 de la flamante Constitución. Lo cual usó el teniente general Mena Aguado en Sevilla el 6-1-06, en la llamada “Pascua militar†, reclamando un derecho del Ejército a “intervenir†en relación al Estatuto de Cataluña. Ante todo esto, la conclusión es evidente: el Estado español está y estará en interinidad polÃtica mientras no haya un referéndum vinculante MonarquÃa-República. Como dijo G. Puente Ojea, la “transición†ha sido el mayor timo de la Historia de España.
Y un dato final o “guinda†, que no sé si llamar de esperpento o de auténtico menosprecio al pueblo español: todas las Constituciones monárquicas que hemos tenido en España antes de la actual, la de 1812, la de 1.837, la de 1.845, la de 1.869, la de 1.876, situaron a las Cortes, como representantes de la SoberanÃa popular, por delante del Rey o Reina. Y, del mismo modo, la Constitución republicana de 1.931 las ubicó antes que la Presidencia de la República, como también habÃa hecho el Proyecto oficial de Constitución de 1.873 de la I República. Mas, ¡oh maravilla!, la Constitución de 1.978 pone al Rey (TÃtulo II) por delante de las Cortes (TÃtulo III). Otro inmenso trágala. Suena a seguir la estela del franquismo (el cesÃtar antes que todo). ¡Uf!
V
No os sorprenderá, consecuentemente, que pronuncie con porfÃa: somos jacobinos, no girondinos, y creemos profundamente en la libertad, igualdad y fraternidad humanas. Aunque no pretendemos cortar la cabeza al Rey, como Robespierre el Incorruptible. (Sà querrÃamos que Su Majestad, que habla tanto y de tantas cosas, mencionara y censurase muy explÃcitamente la corrupción). Y, por creer en tal trÃptico, somos republicanos, único régimen compatible plenamente con la democracia. ¿Cómo ignorar que el fin natural de una sociedad democrática es la República? Venzamos de una vez a la conspiración de epulones, eclesiásticos infieles a su Evangelio, militares roÃdos por la lejanÃa al pueblo o adoctrinados en el fascismo, terratenientes adoradores de Queipo. En epÃtome: acabemos con la inmadurez histórica y polÃtica de España. Y cumplamos con la legislación internacional sobre derechos humanos que el Estado español se ha comprometido, voluntariamente, a cumplir. Pues la monarquÃa hereditaria transgrede la Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas (ninguna desigualdad “al nacer†, ArtÃculo 1º; y ello “sin distinción de ninguna Ãndole, ni por origen ni por nacimiento†, ArtÃculo 2º). También transgrede el Pacto Internacional de Derechos Civiles y PolÃticos (Ãdem, ArtÃculos 2 y 25). E incluso el propio ArtÃculo 14 de la actual Constitución Española (Ãdem, igualdad jurÃdica sin discriminación, recogida también en el ArtÃculo 7 de la citada Declaración Universal de DHs). La monarquÃa hereditaria conculca incluso los siguientes ArtÃculos de la Constitución vigente: el 1 o primero (que consagra la igualdad como “valor superior†de nuestro ordenamiento jurÃdico), el 9 (la igualdad ha de ser “real y efectiva†) y el 23 (“derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos†).
VI
Hablemos finalmente de Cultura, pues la III República es, quizá sobre todo, un irrenunciable proyecto cultural. Cultura tiene más de una definición o acepción, ya que Cultura es paradigma, cosmovisión, pensamiento, forma de ver las cosas, ética. A uno le gusta particularmente la definición del gran valenciano de Sueca Joan Fuster: cultura como sistema de referencias. En todo caso, Cultura remite a sociedad, conocimiento, entender qué pasa; y a Moral y Derecho. Y también a Historia del grupo social, y a Futuro (decÃa Teilhard de Chardin: el pasado descubre la estructura del futuro). Mas Cultura remite no sólo a pensamiento, razón, sino también a Acción. Y una cultura republicana se despliega en lucha ideológica y comunicativa, contra la inmovilidad, atontamiento y abulia ideológica actual en grandes capas de población.
Una cultura republicana equivale, asÃ, a Civilización y Respeto en su mejor sentido: derechos humanos, dignidad de la persona (que es fundamento del orden polÃtico y de la paz social, como bien recoge el ArtÃculo 10 de la Constitución de 1.978… aunque luego lo contradiga en parte de su articulado). Y, desde luego, no es poder sin más, dominio, negocios, manipulación, dinero. Cultura (no falseada, bastardeada) debe ser, en fin, parte importante de la superestructura social y polÃtica. Y, por supuesto, no cabe llamar cultura a esa degradación de la televisión basura, el tarot, agüeros, hechicerÃas, que desactivan la conciencia colectiva, cada cual en su rincón, en el no pensar, en la desestructuración y la ignorancia. Parece que el lema (instado por el poder, por las clases polÃticas frecuentemente, por el terrorismo financiero) fuese no pensar, reÃr a lo sumo.
¡Ah!, pero nada es casual (la casualidad es el dios de los tontos, decÃa Federico el Grande, gran amigo de Voltaire), otra cosa es que se desconozcan las causas o motivos. Y lo que buscan imponer los inmensos poderes económico-financieros de hoy, dominantes de los medios de comunicación, contaminando a las/os ciudadanos con su ideologÃa, es mantener un “orden†social y económico al servicio de una exigua minorÃa, sofocando antes de nacer cualquier conato de insumisión o rebeldÃa frente a esos poderes omnÃmodos. A los que no les haga falta detener, torturar, aprisionar, les baste con entontecer. Es frente a todo esto que propugnamos la “lucha†republicana, de concienciación ideológica y comunicativa.
VII
Mas, habiéndonos referido al concepto “IdeologÃa†, “ideológico†, puede que no sobre señalar brevemente cómo se incuba en el pueblo honrado de a pie la “ideologÃa dominante†, de mantenimiento de las relaciones de poder, propiedad, producción, para inmenso lucro de unos pocos. Controlando la sociedad y la cultura popular. Con muchos gobernantes de capataces de esos inmensos poderes egoÃstas, mientras un niño muere de hambre cada 5 ó 6 segundos. (En España, por ende, disfrutamos de una Iglesia aliada mayoritariamente con tal sistema, y con su eterno y productivo vicio de controlar las conciencias, las mentes). Grandes filósofos y pensadores como Gramsci (ver sus conceptos “hegemonÃa†, “bloque hegemónico†) o Althusser (“aparatos ideológicos†, etc) tienen bien descrito este fenómeno de inocular, transfundir al pueblo la ideologÃa, opiniones, “códigos†de los amos explotadores, seduciéndolo, sometiéndolo.
Particularmente consternante es el control de la Información y los mass media. En Unidad CÃvica por la República, verbigracia, padecemos lo que llamo “conspiración contra la República†: imposibilidad de obtener subvenciones para actos (no ya ahora, en momentos de grave crisis económica, sino de siempre), no asistencia de los medios de comunicación a ruedas de prensa que convocamos, etc. Y no busquen ustedes en Valencia una calle del general valenciano Vicente Rojo, Jefe del Ejército republicano en la guerra civil, no la hay. Ni el PSOE ni el PP se la concedieron, y eso que era un gran católico. Y el 24-8-2004, conmemorando el 60º aniversario de la Liberación de ParÃs del yugo nazi, fui testigo de la infamia y tergiversación de Javier Rojo, Presidente de nuestro Senado, quien, en su turno de palabra, se refirió numerosas veces a “los españoles†(sic) que entraron en cabeza de la División Leclerc, cuando la placa conmemorativa, la tarjeta de invitación que todos tenÃamos, el discurso del Alcalde parisino, Bertrand Delanoë, decÃan mil veces “los republicanos españoles†(sic). Pero J. Rojo se comió veinte veces la palabra “republicanos†.
PodrÃamos citar muchas más ignominias, pero hay una que constituye auténtico arquetipo de cómo el francofascismo antirrepublicano goza de hondas raÃces y larga mano hasta hoy mismo. Nos referimos al pueblo de cinco mil habitantes Numancia de la Sagra, (La Sagra, comarca norteña de la provincia de Toledo), a cuarenta kilómetros de Madrid. Pueblo llamado durante mil años “Azania†y luego “Azaña†, probablemente derivado del árabe, con significación de “noria†. Pueblo tomado a sangre y fuego por tropas africanistas de Franco en aquellos comienzos de otoño de 1.936. Además de pasar a cuchillo a quienes quisieron, robaron su nombre milenario al pueblo, dándole el de “Numancia†, de la unidad franquista conquistadora a sangre y fuego. Pues bien, un alcalde de UCD, cinco del PSOE y cuatro del PP (incluido el actual) no han querido o no se han atrevido (¿cuál de ambas cosas serÃa peor?) a restituir su nombre “Azaña†al pueblo, sino han conservado la falsificada denominación militar-fascista. ¡Y el inefable Sr. Bono, cacique de Castilla-La Mancha, Presidente de la misma durante seis legislaturas con mayorÃa absoluta, residente en Toledo, al ladito como quien dice de “Azaña/Numancia†tan ancho. ¡Puaf, qué náuseas!
Terminemos. Hablábamos de Cultura, propugnando una cultura republicana, liberal, progresista, sin fisuras antidemocráticas. Llevamos siglo y medio luchando por ella, reclamando la DEVOLUCIÓN (no nos queda tiempo de explicar el concepto británico de “Devolution†, ahora tan sobre el tapete respecto a Escocia, y algo menos en cuanto a Gales), la Devolución a la Sociedad de la parte de SoberanÃa que retiene la familia Borbón gracias a Franco. Pero “algo se está moviendo†. Una encuesta en la página 12 del diario “El PaÃs†el 6-12-09 daba un 25% de ciudadanas/os que creÃan que “lo mejor para España es pasar a ser una república†. Y otra fiable encuesta reciente (nos contaba MartÃn Medem en las Jornadas de Unidad CÃvica por la República en Granada, noviembre de 2.011), que ha sido ocultada, daba el 50%. Mas los hechos no dejan de existir por más que se oculten o ignoren. Por eso sigue plena la absoluta legitimidad republicana arrebatada a tiros, bayonetas y obuses por Franco, Queipo, Mussolini, Hitler. Por eso creemos con Labordeta que “habrá que empujarlo para que pueda ser†. Y comulgamos con el gran Pedro Garfias: “Por lo noble, por la paz, por la justicia, por el trabajo, por la libre República del pueblo, ¡peleamos, peleamos!
José Luis Pitarch, Presidente estatal de Unidad CÃvica por la República (UCR)
Sevilla, 6 febrero 2.012, Facultad de GeografÃa e Historia
es
PARTICIPACIÒ
Tribuna d’opiniò
?
|
OPML
?