
Hagamos Historia. Por un nuevo republicanismo democrático.Jose Luis Centella
En uno de los discursos más célebres de la camarada y diputada del PCE en el Congreso, Dolores Ibárruri,Pasionaria, podemos oÃrla decir, con su caracterÃstica voz:“Todo el paÃs vibra de indignación ante esos desalmados que quieren hundir la España democrática y popular en un infierno de terror y de muerte. Pero ¡no pasarán!†. Estamos en julio de 1936, el golpe de Estado acaba de producirse hace apenas unas horas y el PCE reacciona, como no podÃa ser de otra forma, poniéndose al servicio de la defensa de la Segunda República. El grito de “¡No pasarán!†se convirtió, desde ese dÃa, en la consigna de la defensa de Madrid frente al fascismo, y todavÃa hoy, su eco resuena con fuerza en la conciencia de millones de personas. Hoy, en el 81 Aniversario de la proclamación de la Segunda República, quizás deberÃamos insistir en esa intensa consigna:¡No pasaran! –existen motivos suficientes. Sin embargo, quiero hacer una breve reflexión sobre otro elemento del discurso: La indignación.
Hay una curiosa utilización del término “indignación†en este discurso improvisado ante la extrema gravedad de la situación. La camarada Pasionaria utiliza el término indignación para describir la sensación generalizada de la población del paÃs ante quienes pretenden “hundir la España democrática y popular†. Es una descripción que, además de poder trasladarse sin modificación alguna al presente, tiene un componente polÃtico, una intencionalidad polÃtica, de gran calado. Una diputada comunista como Dolores no duda, no vacila, ante el escenario que el golpe de Estado presenta: se coloca decidida y radicalmente del lado de la democracia. HabrÃa que ver cuántos de los hoy ultra-defensores mediáticos de la democracia no se habrÃan inhibido hasta ver como “evolucionaban los acontecimientos†o mantendrÃan la misma actitud contemporizadora que exhiben ahora ante el intento de golpe de estado encubierto que están protagonizando los omnipresentes, ilocalizables e impersonales “Mercados†.
Casi medio siglo después de aquel verano de 1936, en un nuevo intento golpista de usurpar las libertades democráticas por la fuerza de las armas, las y los comunistas volvimos a demostrar claramente nuestra defensa de la legitimidad constitucional y la legalidaddel Estado democrático. Tanto en el hemiciclo del Congreso de los Diputados, como en las calles de toda España, el PCE reaccionó ante el golpe de estado del 23F con firmeza y valor indiscutibles. Estuvimos encabezando la primera manifestación contra el Golpe el dÃa 24 de febrero con la Ãntima convicción de que, si los golpistas tenÃan alguna oportunidad de imponerse fuera de los cuarteles y las instituciones civiles que los amparaban, era por la inacción de la sociedad civil, por el triunfo del miedo. No podÃamos dejar nuestro futuro -y el de las próximas generaciones- en manos ajenasy por eso salimos a las calles a manifestar, una vez más, como el paÃs vibraba de indignación ante quienes pretendÃan “hundir la España democrática y popular†reinstaurando un régimen genocida.
En 1962, los mineros, que en el 34 se habÃan indignado y habÃan convertido su Huelga General en un grito revolucionario, volvÃan a despertar la conciencia de un paÃs prisionero del fascismo
Casi veinte años antes, el 7 de abril de 1962, en el Pozo Nicolasa de Mieres resurgÃa la inmortal indignación desde el fondo de la tierra, encarnada, esta vez, en la lucha de los mineros. Los mineros, los mismos trabajadores, mineros que en 1934 se habÃan indignado bajo la consigna de UnÃos Hermanos Proletarios (UHP) y habÃan convertido su Huelga General en un grito revolucionario, volvÃan a despertar la conciencia social de un paÃs prisionero del fascismo. En el mismo escenario en el que la camarada Dolores Ibárruri, en 1934, se habÃa convertido en La Pasionaria, en la voz indignada de todos los mineros y de sus compañeras, se alzó, una vez más, la indignación frente a la injusticia que la huelga fue el primer paso para la organización de las futuras Comisiones Obreras, hoy la mayor organización sindical de nuestro paÃs, impulsadas con convicción y entusiasmo por el PCE. Los mineros no estuvieron solos en su lucha. En realidad nunca lo han estado; siempre han contado con el apoyo de cientos de miles, de millones, de trabajadores y trabajadoras. En aquella ocasión, las fuerzas de la cultura antifranquista respaldaron la huelga a través de la ejemplar “insurrección firmada†. Insurrección pacÃfica que recorrió toda Europa y acumuló la mayor cantidad de solidaridad con la “huelgona†jamás vista en un conflicto laboral en la-España-de-Franco. La Huelga de 1962 demostró, una vez más, que la huelga, como instrumento de lucha de la clase obrera es, además de efectiva laboralmente, potencialmente transformadora de la sociedad en la que se produce.
LA HUELGA GENERAL DEL 29M,VOLVIÓ A CAPITALIZAR LA RABIA LEGà TIMA DE UN PAà S QUE “VIBRA DE INDIGNACIÓN ANTE QUIENES PRETENDE HUNDIR LA ESPAÑA DEMOCRà TICA Y POPULARâ€
Medio siglo después de la “huelgona†, hace apenas dos semanas, la Huelga General del 29M, convocada por los sindicatos de clase, CCOO y UGT,volvió a capitalizar la rabia legÃtima de un paÃs que “vibra de indignación ante quienes pretende hundir la España democrática y popular†. La Huelga General del 29M fue la respuesta, contundente y organizada, de millones de trabajadoras y trabajadores ante la polÃtica injusta e ineficaz de un Gobierno que se encuentra “intervenido†de facto. Un Gobierno incapaz de proteger a sus ciudadanos y ciudadanas de quienes pretenden convertir a España en un protectorado esclavista laboralmente y subdesarrollado socialmente. Un Gobierno que ha delegado la soberanÃa nacional y la voluntad popular de la España democrática en los “Mercados†.
Hace 81 años la Constitución de 1931 proclamaba en el ArtÃculo 1 de sus Disposiciones Generales: “España es una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia. Los poderes de todos sus órganos emanan del pueblo†. Y nosotros y nosotras, quienes se han manifestado por toda España durante los dos últimos años, quienes han tomado las plazas, quienes han respondido, huelga tras huelga, ante la injusticia, somos el pueblo. Y sólo a los pueblos les es lÃcito elegir su destino. Sólo de la voluntad popular puede emanar el poder del Estado. Sólo los pueblos son dueños del poder constituyente que representa la Constitución de un Estado nación. La Segunda República fue ejemplo de soberanÃa popular, de Libertad y Justicia. Las y los republicanos reivindicamos la Segunda República en su carácter polÃtico, como modelo de Estado, pero también, en su carácter social, como modelo de sociedad.
LA CONSTITUCIÓN DE 1812 SURGIÓ DE LA MISMA VOLUNTAD POPULAR QUE LA GUERRILLA, FUE PARTE DEL MISMO COMBATE POLà TICO POR LA SOBERANà A NACIONAL Y CONTRA LOS PRIVILEGIOS DE LA MONARQUà A
Hace dos siglos, reunidas las Cortes Generales en asamblea constituyente en Cádiz, se promulgó la primera constitución española. Una Constitución nacida de la necesidad popular de recuperar la soberanÃa nacional y garantizar las libertades fundamentales. La Constitución de Cádiz fue un primer paso hacia una sociedad más libre y más justa. El grito de ¡Viva la Pepa! fue un grito de indignación. Quienes pretenden tergiversar y apropiarse de la memoria popular de las luchas por la libertad, quienes se camuflan bajo abstractos llamamientos a un “gran Pacto de Estado†, no pueden esconder que son los herederos del grito ¡Vivan las cadenas! La Constitución de 1812 surgió de la misma voluntad popular que la guerrilla, fue parte del mismo combate polÃtico por la soberanÃa nacional y contra los privilegios de la monarquÃa.
Nuevamente, al grito de ¡Vivan las cadenas!, hace menos de un año, en el verano de 2011, los dos partidos mayoritarios electoralmente, PP y PSOE, enterraron con la “reforma exprés†de la Constitución de 1978 el pacto social implÃcito en la Transición. Es difÃcil calificar lo ocurrido con esa alianza entre PSOE y PP como “golpe de estado†. Pero, ciertamente, la modificación sin referéndum del artÃculo 135 de la Constitución, es una clara muestra del fracaso de la democracia en la protección de la ciudadanÃa frente al capitalismo.
Podemos afirmar, con total rotundidad, que la democracia en nuestro paÃs ha sido subsumida en el capitalismo. En nuestro paÃs, hoy, son los “Mercados†el verdadero poder constituyente. El Estado se encuentra permanentemente acosado por el Capital, el cual pretende, no sólo dirigir la economÃa del paÃs, sino también, y al mismo tiempo, legitimarse constitucionalmente, introducirse en la arquitectura del Estado. La “reforma exprés de la Constitución†y la posterior Reforma Laboral han puesto punto final a la “paz social†. Son una declaración de guerra contra la ciudadanÃa y abre un nuevo ciclo de luchas sociales cuyas consecuencias polÃticas, económicas, sociales y humanas está por determinar.
QUE EL PUEBLO SEA, VUELVA A SER, EL VERDADERO PODER CONSTITUYENTE
Hoy 14 de abril de 2012 es el momento de hacer Historia. Tenemos que recombinar las luchas sociales, sindicales y polÃticas. Tenemos que organizar la resistencia colectiva frente a la ofensiva neoliberal. La reivindicación, hoy, del republicanismo democrático, del espÃritu de 1931, no es una cuestión nominalista.
No se trata, no solamente, de recuperar la dignidad dejando de ser “súbditos†del Reino de España para volver a ser ciudadanas y ciudadanos de la República.El nuevo republicanismo democrático tiene el objetivo último de que los poderes de todos los órganos del Estado emanen del pueblo. El objetivo democrático de que el pueblo sea, vuelva a ser,el verdadero poder constituyente.
Hoy, 14 de abril de 2012: “Todo el paÃs vibra de indignación ante esos desalmados que quieren hundir la España democrática y popular en un infierno de terror y de muerte. Pero ¡no pasarán!†.Camarada Pasionaria, como lo expresó el gran Miguel Hernández, “eres capaz de arder de un solo grito†, un grito que ya es inmortal, un grito de indignación que hoy, como siempre, hace vibrar a la España democrática y popular. ¡Viva la Pepa! ¡Viva la República!¡No pasarán!
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